El hotel fue diseñado para estar en armonía y ser uno con el ambiente local: fue construido contra la ladera natural y sigue el contorno del terreno. Además, su esquema de colores exteriores refleja el blanco de la arena y las olas del mar.

Con pleno respeto a la relación desierto-mar y la ecología, Las Ventanas al Paraíso evita la vegetación tropical no nativa con la incorporación de plantas autóctonas cuyas necesidades y características naturales se ajustan al clima local. Entre esas variedades se encuentran los cactus, las plantas carnosas y otras especies del desierto: muchas son variedades con flores que salpican al resort con muchos colores brillantes.

El aspecto y la decoración del spa repiten el estilo del resort, incluidas las paredes exteriores terminadas a mano de color similar a la arena del desierto, muebles de hierro forjado y madera en tonos pasteles naturales y detalles especiales como el piso del salón, creado a mano por artesanos mexicanos. El motivo central de diseño del resort, que son las paredes y espacios curvados, fluye por todo el spa y salón de belleza.

Para crear un evocador sentimiento de llegada, el vestíbulo del spa cuenta con una fuente de piedras, cómodos asientos rodeados de palmeras y la recepción se encuentran en una gran palapa. Las cabinas de tratamiento ostentan una ducha al aire libre, terraza privada y jardín, lo que permite a los huéspedes disfrutar de tratamientos bajo techo o en el exterior.

Además la creación de maravillosos y variados tratamientos, el spa de Las Ventanas ofrece servicios de salón y belleza y un surtido de menús especialmente diseñados para jóvenes, fiestas de boda y futuras madres.