Awakening Sanctuary, despertar en el Yucatán |
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Por Lali Rossy | |
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La singularidad de Awakening Sanctuary está en su propio concepto –que sus promotores resumen en estas palabras :“el primero hotel en el mundo dedicado a elevar la felicidad”–, en el proyecto arquitectónico del resort –formado por ‘capullos humanos’– y en su ubicación –en San Miguel, un lugar de la provincia de Yucatan que no aparece en Google Maps, en medio de la jungla y próximo al mar–.
Tras este proyecto hotelero están Martín Loeffler, su presidente, un empresario de origen alemán, y Adriana Chardí, mexicana, con una larga experiencia en el sector hotelero. El objetivo que persiguieron fue buscar la conexión de los huéspedes con la naturaleza, su crecimiento personal: “Nuestra solicitud siempre fue que pudieras experimentar el olor de la naturaleza, y que te sintieras parte de la naturaleza y poder escuchar a la orquesta de la vida mientras te siente abrazado por la comodidad y la intimidad.” |
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Con el fin de proporcionar felicidad a los huéspedes y la conexión con la naturaleza, en Arqmov, el estudio de arquitectura al que se encomendó el diseño del resort, eliminaron cualquier límite a la imaginación y crearon diseños ciertamente extraordinarios: “Diseñamos un Capullo y otras amenidades que imitan las formas de la naturaleza y utilizan elementos de geometría sagrada”.
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Awakening Sanctuary dispone de 152 hectáreas de selva, done hay ocho cenotes. Los cenotes son depresiones geológicas de origen kárstico rellenas de agua cristalinas y parcialmente abiertas al cielo. Procede de la voz maya dz'onot que significa ‘caverna con agua’.
Para la cultura Maya eran lugares sagrados en los que realizaban ofrendas humanas. El mayor y más imponente es Chuúm-Pich que en Maya significa “tronco del árbol de Pich”, por el impresionante árbol de esta especie que se encuentra en el centro del cenote. Muchos lugareños todavía afirman ser capaces de sentir la energía o incluso interactuar con “aluxes” y otras criaturas mágicas. Representan portales al inframundo, mejor conocido como Xibalbá, un lugar místico donde residen dioses, antepasados y seres sobrenaturales. Al estar literalmente “fuera del mapa”, San Manuel está alejado de las grandes masas de turismo, rodeado de maravillas naturales y culturales y a tan sólo 80 minutos de distancia desde el Aeropuerto Internacional de Cancún. Habrá que ver, una vez terminado el hotel, la distancia –en tiempo– a un embarcadero para conocer si será un alojamiento óptimo para unos días de pesca. En todo caso, sin duda, será una buena combinación antes o después de esas jornadas en las aguas de la provincia de Yucatán. Más información en www.awakening.mx |
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