En esta la isla de la Polinesia Francesa, que fue adquirida por Marlon Brando en 1965, Beachcomber Pacific Group levantó 35 villas aisladas, con sus correspondientes piscinas privadas –además de dos restaurantes, un spa, un huerto ecológico, una pista de tenis, biblioteca y un centro de investigación del medio ambiente–.
Las actividades que pueden realizar los huéspedes de The Brando son las habituales de este tipo de resorts (snorkel, kayak, pádel surf, los paseos por el litoral de los islotes o por la selva interior a pie o en bicicleta –las hay disponibles en cada villa–, el picnic en una playa completamente desierta, la exploración de la fauna y la flora, la compra de perlas de Thait. en la tienda del hotel, los tratamientos en el Spa o –simplemente– el puro ‘dolce far niente’ en la propia villa.
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La Polinesia Francesa es un lugar formidable para los amantes de la pesca de altura. Pueden pescarse en la mayor parte del año túnidos como el yellowfin tuna y el bonito, el blue marlín y el pez espada, el dorado, el bonefish y el GT.
Precisamente, dentro de los programas de cooperación ecológica, la sociedad propietaria del resort colabora en la investigación que estudia los movimientos y los parámetros poblacionales de dos especies autóctonas, el bonefish y el GT, que los pescadores con mosca pueden pescarse en la propia playa.
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